La soledad es negativa cuando se experimenta como algo impuesto y no deseado.
Es importante diferenciar entre estar solo o sentirse solo. Uno puede estar solo y sentirse acompañado y estar acompañado y sentirse solo.
Enrique Bunbury en su canción "Mí libertad", nos habla de ello cuando interpreta : "... estuviste a mí lado, pero no te recuerdo...".
Debemos comprender que la soledad es parte de la vida. Podemos afrontarla con dolor o con paz, con valor o cobardía, como una oportunidad o con resignación.
Ser capaz de estar solo es una cualidad de madurez, de auto-realización sin necesidad de depender de los demás. Pero también es saber hacer un espacio para dar la bienvenida a otras personas.
Aceptarla, vivirla desde nuestro interior y saber compartirla es madurar.
Recuerda que todo depende de cómo miremos las cosas. Podemos estar solos mirando al horizonte pensando en nuestras penas, o apreciando su inmensidad, desde el silencio y la quietud.
Es importante saber que nadie nos vas a salvar de nada, que la acción "espera" que nosotros seamos los protagonistas.
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