domingo, 12 de noviembre de 2017

La soledad.

Está bastante generalizado el pensamiento que identifica la soledad como un sentimiento negativo de malestar. Pero la soledad no necesariamente produce una sensación desagradable.

La soledad es negativa cuando se experimenta como algo impuesto y no deseado.

Es importante diferenciar entre estar solo o sentirse solo. Uno puede estar solo y sentirse acompañado y estar acompañado y sentirse solo.

Enrique Bunbury en su canción "Mí libertad", nos habla de ello cuando interpreta : "... estuviste a mí lado, pero no te recuerdo...".

Debemos comprender que la soledad es parte de la vida. Podemos afrontarla con dolor o con paz, con valor o cobardía, como una oportunidad o con resignación.

Ser capaz de estar solo es una cualidad de madurez, de auto-realización sin necesidad de depender de los demás. Pero también es saber hacer un espacio para dar la bienvenida a otras personas.

Aceptarla, vivirla desde nuestro interior y saber compartirla es madurar.


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Recuerda que todo depende de cómo miremos las cosas. Podemos estar solos mirando al horizonte pensando en nuestras penas, o apreciando su inmensidad, desde el silencio y la quietud.

Es importante saber que nadie nos vas a salvar de nada, que la acción "espera" que nosotros seamos los protagonistas.

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